Se suele hacer con cous-cous, pero su ingrediente original es el Bulgur, una sémola de trigo.
En realidad, podemos añadirle los ingredientes que más nos gusten. Ya sabéis aquello de tirar de lo que uno tiene en la nevera, que fue más o menos lo que yo hice.
Es muy fácil de hacer, y podemos servirlo como acompañante, o primer plato.
Os detallo lo que yo le puse:
- 1 par de tazas de cous-cous (lo podéis encontrar en casi cualquier comercio)
- zanahoria rallada
- huevo cocido
- 1 pimiento verde
- hierbabuena
- zumo de limón
- 1 tomate
Para cocer el cous-cous, se pone a hervir como unas dos tazas de agua con sal en una olla pequeña. Cuando tengamos el agua cociendo, se retira del fuego.
Previamente, se pone el cous-cous extendido sobre una bandeja, o bien en un bol. Se le va añadiendo el agua caliente poco a poco, se puede remover con una cuchara, y para que quede bien suelto, lo tenemos que amasar un poco con las manos, soltando los granos.
Se deja reposar, y en unos 7-10 minutos tenemos el cous-cous listo.
Dejamos enfriar, y cortamos en tacos pequeños los demás ingredientes, picando bien fina la hierbabuena (también se le puede poner perejil o cilantro).
Cuando el cous-cous esté frío, añadimos los demás ingredientes, junto con la hierbabuena, y aliñamos con el zumo del limón. No pongo cantidades, porque es algo personal, aunque no debería de tener demasiado sabor a limón, si no una armonía de todos los sabores.
Espero que os animéis a probarlo!
Aquí os dejo unas fotos del mio, que formó parte de nuestra cena de San Valentín:
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